lunes, 9 de noviembre de 2009

Sobre los besos

El a- b- c- d…por cinco (x 5) y El beso: dos insaciables bocas rojas carmesí, absorbidas, afines, avantes, atraídas, atafagadas; bellas, busconas, bulbosas, bullosas, bombásticas; calientes, canónicas, catadas, cargadas, cansadas; deseosas, desgajadas, deshojadas, deshiladas, domesticadas…que se unen por medio del contacto físico a través del cual producen temblor, ansiedad, nervios, sudoración, enrojecimiento de mejillas; piel de gallina, pelos de punta, excitación, exaltación, extrapolación; que sirve para mantener el qué dirán, y el es mejor no darles qué pensar; que gusta, que mantiene y que sostiene a dos a tres o a más individuos que, hacen del beso un bienestar, un explorar, un saborear; que detiene el tiempo y, a veces lo acelera, pero sobre todo, sin importar que el presente el pasado y el futuro se relacionen de tal forma que no existan, sin importar que se camine sin tocar el suelo, sin importar que las bacterias que se transmiten hagan daño pero sobre todo que, sin importar que aunque pasen los años, pretende de lo suyo todo un desagravio.

Daniel Arturo Quitian









Los besos como prácticas rituales enmarcadas en un rito mayor denominado genéricamente “amor” intentan poner de manifiesto por medio de lo físico ideas abstractas que varían de un sujeto a otro, de una época a otra. No es propósito de esta actividad de la experiencia en la que se ha constituido el ejercicio de captar a mis padres dándose un beso teorizar sobre el amor, ya que me parece un exceso y una devoción enfermiza a la racionalidad. Lo que sí puedo decir con toda seguridad, es que ver la forma en que mi papá abraza a mi mamá, quien se ve más pequeña y frágil que de costumbre, es lo suficientemente inspirador para pensar el amor como una fuerza individual mas no uniforme que se vale del cuerpo para ser, para cobrar vida y sentido fuera de la mente de los individuos. La fuerza poética de esta imagen está en el reconocimiento del amor como presencia que existe fuera de mí, pero que no sólo opera en función de mí, sino que ES también apropiable para todos los demás, incluso para mis padres y los suyos, que a lo mejor y para nuestra sorpresa, no han perdido la capacidad de comunicar con su cuerpo.

Alejandra Cano.


"..." me pareció interesante mostrarla desde un beso entre dos hombres. Puesto que creo tienen el mismo derecho a ser participes de tan gustosa actividad, la cual decidí llamar: “muestra de amor”, ya que es eso exactamente lo que se desea dar a conocer: el amor entre dos personas que no por ser Gays dejan de ser individuos con la misma capacidad de amar, de sentir y querer compartir lo mas bonito de si mismo con otro ser humano.
Esta proposición a pesar de ser a cierto punto problemática para los participes y un trabajo polémico, considero es hora de que el mundo empiece a ver la igualdad en el amor, sin esconderse aquellos a los que no les interesa la edad, el estrato, el lugar, el sexo y el momento. Y que tengan libertad de expresión como tanto pregonamos los ciudadanos.


Paola Torres


1 comentario:

  1. Que sensación tan grande, se tiene al realizar este tipo de trabajo, y cuanto aprendemos de los demás!!! :)

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